de la concupiscencia, la hidropesía de la codicia. ¿No obran, pues, para bien? (5) Las aflicciones obran para bien, al ser el medio para desligar nuestros corazones del mundo. Cuando cavamos para quitar la tierra de la raíz de un árbol es para desligar el árbol de la tierra; de la misma manera, Dios cava para quitar nuestro bienestar terrenal, y así desligar nuestros corazones de la tierra. Un espino crece con cada flor. Dios quiere que el mundo cuelgue como un diente suelto que, al ser arrancado,
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